Cuarentena más dura y expectativas por moratoria universal derrumbarán más la recaudación

Tributaristas coincidieron en que la agudización de la parálisis económica cortará los ingresos de una buena parte del sector privado y más contribuyentes no podrán afrontar los impuestos. Por otro lado, consideran que la eventual ampliación del plan de pagos incentivará a no pagar a quienes puedan hacerlo.

Novedades Aldana Reinoso 29 de junio de 2020
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La recaudación tributaria de los próximos meses podría agudizar el desplome que acumula desde el comienzo de la cuarentena por el coronavirus, debido al endurecimiento de las restricciones anunciadas por el Gobierno que paralizarán sectores que se habían abierto y a la expectativa de que tras el confinamiento se lance una moratoria que abarque las deudas impositivas generadas durante el aislamiento.

Es que el Gobierno reforzará las prohibiciones y controles en el transporte y en otras actividades que golpeará todavía más el consumo, los ingresos y el pago de impuestos, lo que afectará en lo inmediato la recaudación tanto de julio como de agosto.

Pero además, la semana pasada se conoció una iniciativa oficialista de ampliar la moratoria pyme, creada a través de la Ley de Solidaridad, a todo el sector privado, que permita incluir deudas tributarias de hasta el 31 de mayo. Esto llevó a muchos sectores a considerar que, cuando la cuarentena finalice, el Gobierno podría lanzar un plan de pagos para los vencimientos incumplidos durante el confinamiento.

Tributaristas consultados por El Cronista coincidieron en que los ingresos tributarios de los próximos meses se verán severamente golpeados tanto por la prolongación de la parálisis como de la expectativa por una nueva moratoria por la que muchos especulan con no pagar ahora sus obligaciones con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

Iván Sasovsky indicó que ambos factores confluirán para agravar la caída de los ingresos del Fisco. "La recaudación en épocas de confinamiento se ve afectada en la misma proporción que las empresas que no pueden vender. Frente a esto, el Gobierno proyecta una moratoria para que el golpe no sea tan duro, pero con esa posibilidad el contribuyente, sin certeza de cuándo terminará esta pesadilla, opta por no pagar, dado que si cumple no recibirá ningún beneficio.

Las variables conforman un circulo vicioso difícil de frenar", señaló. El especialista sostuvo que la moratoria anunciada "no será suficiente" porque los peores meses están por venir y sugirió que se otorgue un beneficio fiscal para los contribuyentes que cumplan con el pago de impuestos para incentivar que lo sigan haciendo.

"La medida puede ser un salvavidas de plomo para el gobierno y para todos, hasta ahora, parece por lo menos inoportuna. Deberían otorgar una exención en algún impuesto, diferimiento de pagos futuros sin intereses, bono de crédito fiscal para cargas sociales, algo que compense el hecho de haber cumplido con sacrificio lo que corresponde", puntualizó Sasovsky.

Para Sebastián Domínguez, ambos factores van a tirar a la baja la recaudación, pero considera que predominará la posible ampliación moratoria. "Cuando hay una moratoria, se avisa de forma sorpresiva, no se avisa con anticipación. Ahora dijeron que podría ser hasta mayo, entonces el que pagó mayo va a ver que el que no pagó va a poder pagar después y en cuotas, entonces no va a pagar junio, porque va a salir otra ampliación más adelante para todo período de la cuarentena", explicó.

Agregó: "Entonces esto de haber anunciado una extensión de la moratoria de forma general y con deudas al 31 de mayo empieza a haber gente que podía pagar pero que no va a pagar, y entonces se mezcla con el que realmente no puede pagar porque prioriza pagar los salarios."

De todas maneras, Domínguez prevé que el endurecimiento de las restricciones a ciertas actividades económicas también influirán en la recaudación y retrasará la recuperación de los ingresos tributarios.

"El retroceso de la cuarentena es menos gente en la calle y menos consumo. Igual ya se venía con poco consumo, aunque haya gente en la calle no consume. Con el endurecimiento va a ser menor, pero no sé si va cambiar demasiado", comentó. Y concluyó: "La recaudación de julio va a tener un impacto importante a la baja, entre que la economía no sale adelante por una cuarentena más estricta, sumada a una posible ampliación de la moratoria que da la sensación que se van a poder pagar todas las deudas actuales en cuotas y hace que el que puede pagar deje de pagar.

Esto es complicado de transmitir, porque la moratoria se necesita." José Luis Ceteri, en cambio, se mostró más escéptico respecto a que la recaudación se pueda ver afectada ante las expectativas de una moratoria ampliada por los meses de cuarentena, más allá de que señaló que es una medida que se debería tomar en el futuro. "Hay una idea de que la moratoria se mantendrá extendida hasta que finalice la cuarentena, pero no hay certezas. Yo no creo que los que vienen pagando especulen con eso, no les conviene acumular deudas. El que puede pagar creo que va a pagar.

El que no puede pagar, no va a pagar, pero no piensa tampoco en si habrá una moratoria", comentó. En cambio, el especialista ve un mayor impacto de la parálisis de la actividad que implica el endurecimiento de la cuarentena para los próximos meses, tanto por la caída del consumo como del ingreso del saldo del IVA diferido de las pymes de la facturación los meses del confinamiento. Ceteri explicó que el refuerzo de la cuarentena afectará más a la recaudación de agosto que la de julio, dado que el endurecimiento de la actividad afectará la facturación de los comercios y reducirá significativamente la base por la que se calcula el IVA a pagar en agosto, mientras que la base del IVA de julio surge de las ventas de junio, mes que tuvo cierta apertura.

"Evidentemente el freno que va a haber en la actividad, va a haber un mayor impacto en la recaudación de agosto. Si el cierre de la actividad en julio es muy fuerte, para la recaudación de agosto va a haber un problema, porque la facturación va a caer estrepitosamente y se tributa al mes siguiente", dijo. No obstante, aclaró que el IVA de julio también tendrá complicaciones, dado que ingresan los saldos del IVA diferido a 90 días sobre la facturación de las pymes de abril, que casi no tuvieron ventas, lo que compensa la apertura de junio. A su vez, para agosto entrará el IVA diferido de mayo, mes que tuvo un mayor movimiento que abril.

Además, destacó que el mes que viene es el vencimiento de Ganancias y Bienes Personales para personas humanas, que originalmente era en junio (por lo que generará una baja para este mes), mientras que en agosto no hay grandes vencimientos más que el anticipo de 25% de estos tributos. "La recaudación de julio va a tener los vencimientos de Ganancias y Bienes Personales de personas humanas, que es un fuerte impulso para la comparación interanual dado que el vencimiento era en junio. Ganancias quedó atado a mínimos no imponibles muy viejos, definidos en enero de 2019. Y está el impuesto cedular, más allá de que los plazos fijos en pesos no paguen", comentó.

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