El precio del producto básico color óxido subió casi 21% en 2020, algo más que el oro, que aumentó 19%. Esas alzas se deben a los enormes planes de estímulo lanzados por los bancos centrales para sofocar la crisis provocada por el coronavirus.

Dichos programas hicieron bajar los rendimientos de los billones de dólares en activos de renta fija, lo que elevó el relativo atractivo del oro, que no ofrece ningún rendimiento. Mientras tanto, las señales de que China, el mayor productor mundial de acero, ha iniciado una sólida recuperación le dieron impulso a los precios del mineral de hierro, que ayer subieron por encima de los u$s 112 la tonelada, según S&P Global Platts, 9% más que el mes pasado.

Como parte de las medidas para reactivar su economía, Beijing hace poco anunció planes para impulsar el gasto en infraestructura.

Según Tyler Broda, analista de RBC Capital Markets, las tendencias de la demanda de acero a largo plazo siguen siendo inciertas porque China depende cada vez más del endeudamiento para financiar nuevas inversiones. Pero las perspectivas a corto plazo son brillantes, dijo, dada la clara intención de las autoridades políticas de sostener el empleo.

Los datos publicados esta semana mostraron que China importó más de 100 millones de toneladas de mineral de hierro en junio, comparado con los 87 millones de mayo. Fue la cifra mensual más alta desde octubre de 2017. Además, es probable que en junio la producción de acero china haya superado el total de mayo de 92,3 millones de toneladas.

Con eso, el país va rumbo a producir un récord superior a 1000 millones de toneladas este año, comparado con los 750 millones del resto del mundo.