Brecha patrimonial: las mujeres son menos ricas que los hombres, según un informe

En el contexto político local de debate en torno al Aporte Solidario y Extraordinario de las Grandes Fortunas ante la pandemia de Covid-19, el Centro de Economía Política de la Argentina evidencia una clara distribución asimétrica en el reparto de la titularidad de los patrimonios según el género.

Política Por: Aldana Reinoso 30 de septiembre de 2020
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Además de la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres dentro del mercado laboral formal, se evidencia una clara distribución asimétrica en el reparto de la titularidad de los patrimonios según el género. En otras palabras, tal como lo evidencia un informe del Centro de Economía Política de la Argentina (CEPAL), los bienes de las mujeres en promedio valen menos que los de los varones.

En dicho informe se realiza una estimación de las desigualdades de género en términos patrimoniales, un tema poco abordado desde los estudios económicos y de géneros y que cobra particular trascendencia en el contexto político local de debate en torno al Aporte Solidario y Extraordinario de las Grandes Fortunas ante la pandemia de Covid-19. Adentro del segmento de la riqueza que paga impuestos patrimoniales en Argentina, las mujeres son menos ricas que los hombres.

Como resultado de la información publicada por AFIP para el ejercicio fiscal 2018 del Impuesto a los Bienes Personales, se construyó la brecha patrimonial, entendida como el diferencial de patrimonio entre varones y mujeres.

El impuesto a los bienes personales se aplica sobre la valuación total del patrimonio para cada ejercicio fiscal. El monto mínimo a partir del cual se aplicaba en el año 2018 era de $ 1.050.000 en valores patrimoniales. Es decir, superado ese monto, una persona debía pagar una alícuota establecida según el rango sus valores patrimoniales.

El Impuesto alcanza a todo tipo de bienes, como inmuebles, automotores, naves y aeronaves, los depósitos de dinero, los títulos y acciones en el país y en el exterior, bienes muebles, etc.

La valuación de esos bienes también es diversa y se establece en la letra de la ley, siendo algunos a valor de mercado y otros, próximos al valor de compra. Según detalla el documento del CEPAL, la cantidad absoluta de mujeres alcanzadas por el impuesto para dicho año sumó 237 mil casos aproximadamente.

El número representaba a la mitad de la cantidad de varones. Es decir, del 100% de las personas alcanzadas por el impuesto, el 34% corresponde a las mujeres y el 72% a los varones (siguiente gráfico). Se evidencia una clara distribución asimétrica en la distribución de la titularidad de los patrimonios según género.

Esto significa que no solamente las mujeres son un tercio de los titulares del impuesto a los Bienes Personales, sino que además el valor de sus bienes es aún más bajo que ese tercio que representa su titularidad. Se entiende entonces, que los bienes de las mujeres en promedio valen menos que los de los varones.

Adentro del segmento de la riqueza que paga impuestos patrimoniales en Argentina, las mujeres son menos ricas que los varones.

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En lo que refiere a los patrimonios, entre los principales resultados de informe, se encuentran los siguientes:

  • La cantidad de mujeres alcanzadas por el impuesto a los Bienes Personales en Argentina (el más progresivo de la estructura tributaria y que se aplica sobre el patrimonio) para el año 2018 sumó 237 mil casos aproximadamente. Del 100% de las personas alcanzadas por el impuesto, el 34% corresponde a las mujeres y el 66% a los varones. Se evidencia una clara distribución asimétrica en la distribución de la titularidad de los patrimonios según género.
  • Al observar la evolución histórica de la participación de las mujeres en la composición de las personas alcanzadas por el impuesto a los bienes personales, se extrae que si bien se fue incrementando sostenidamente desde el año 2009, está lejos de resultar equitativa. Al año 2018 la participación asciende a 34%, ubicándose 8 puntos porcentuales respecto de 2009, cuando había sido aún más regresiva, de 26%.
  • A 2016 los bienes declarados por las mujeres valen tan sólo un 28,3% del total de los bienes declarados en la base del impuesto a los bienes personales. Puede observarse que desde 2015 se registra un relativo estancamiento de la 14 valorización de los bienes detentados por mujeres: 27,0% representaban sobre el total de los bienes declarados en 2015, ascienden a 27,7% en 2016, 27,5% en 2017 y 28,3% en 2018. Cabe considerar que en el año 2009, la incidencia de los bienes de las mujeres era todavía menor, de 24,8% sobre el total de lo declarado en el impuesto.
  • Esto significa que no solamente las mujeres son un tercio de los titulares del impuesto a los Bienes Personales, sino que además el valor de sus bienes es aún más bajo que ese tercio que representa su titularidad. La feminización de la pobreza tiene su contrapartida en la masculinización de la riqueza.
  • Al observar la evolución de la valorización de los bienes declarados por mujeres podemos identificar que, si bien la misma se ha incrementado, lo hace a un ritmo 50% menor que el incremento de la cantidad de titulares mujeres en el impuesto. Si la cantidad de mujeres titulares de patrimonios que pagan Bienes Personales crece al 3% anual acumulativo entre 2009 y 2018, el valor de sus patrimonios sobre el total de los bienes declarados crece al 1,5% acumulativo en igual período.
  • En las mujeres, en el sector de profesionales, científicas y técnicas se encuentra el 25,5% de quienes aportan en Bienes Personales, mientras que un 17,7% se ubica en el sector inmobiliario y otro 11% en servicio de asociaciones y servicios personales. En el caso de los varones, el 31% son profesionales, científicos y técnicos y el siguiente 9,9% pertenecen al rubro inmobiliario, otro 8,9% a servicio de asociaciones y servicios personales.
  • Otras ramas de actividad que son relevantes para los varones de mayores patrimonios es agricultura, donde el 9,5% de quienes aportan en bienes personales declaran ese rubro, mientras que en mujeres esa magnitud es solo de 3,67%. Por otro lado, los varones más ricos tienen entre sus actividades relevantes la industria (pertenecen en un 2,41% a dicho rubro), la construcción (1,25%) y transporte (3,49%), mientras que en las mujeres esa participación es bastante más baja, alcanzando sólo 0,9% en industria, 0,25% en construcción y 1,16% en transporte.
  • En lo que refiere a las actividades típicamente feminizadas, se observa que un 9,17% de las mujeres con mayor patrimonio se ubica en el sector salud, mientras que en los varones ese porcentaje es más bajo, de 6,38%. A su vez, un 2,76% de las mujeres se encuentra en la rama enseñanza y ese porcentaje en varones es tan solo de 0,79%.
  • En definitiva, la feminización de la pobreza tiene su contrapartida en la masculinización de la riqueza en una sociedad donde el 10% de la población con más ingresos está compuesto en un 62% por varones, mientras que el 10% con menos ingresos está compuesto mayormente por mujeres (69%).

Para complementar esta información patrimonial, el informe además hace foco en los datos de brechas de ingresos en el sector privado registrado, que es el que más se acerca según su fisonomíaa las características de las y los aportantes en Bienes Personales.

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Los principales resultados son los siguientes:

  • En relación a la brecha de ingresos, para el año 2019 las mujeres percibieron, en promedio, una masa salarial 23% más baja que la de los varones. Los datos se corresponden con un análisis del sector privado registrado, lo cual excluye al mundo informal o no registrado.
  • Se observa que un 28% del total de las mujeres se encuentra en el segmento de menores ingresos (desde 0 a $20.000), mientras que en los varones este segmento representa una cifra menor, de 22,8%.
  • A medida que los ingresos son más altos, se profundiza la menor presencia femenina. Cuando nos posicionamos en el rango de salarios de $ 00.000 a $ 2.500.000 en adelante, no sólo los varones tienen un ingreso 12,3% mayor en promedio sino que, es mayor la proporción de varones en ese rango: 0,3 versus 0,1% de mujeres.