Mientras el dólar blue vuela, falta nafta en el tanque para sostener el crecimiento

La Argentina cierra un año con una recuperación de la economía que superó los pronósticos del propio gobierno nacional 12 meses atrás.

Política Por: Aldana Reinoso 30 de diciembre de 2021
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La suba del 10% (el Presupuesto 2021 proyectaba 5,5%, como las consultoras privadas) devuelve al Producto Bruto Interno al punto de partida de una gestión en dos tiempos, marcados fundamentalmente por la forma de afrontar la pandemia del coronavirus.

El primero, con una cuarentena prolongada que generó resultados muy negativos para la actividad en 2020, con consecuencias socioeconómicas que se reflejaron en la derrota que sufrió el oficialismo en las elecciones legislativas. El segundo, con el levantamiento de restricciones sanitarias que permitieron tomar oxígeno y acelerar los motores para recuperar la vuelta perdida.

Al fin de cuentas, fue la realidad la que terminó de imponer un cambio de política en la lucha contra el Covid-19, bajo la comprobación de que al paralizar actividades para minimizar la posibilidad de contagios se pierden empleos, se hunden los ingresos, crece la pobreza y, en definitiva, se pierde la salud que se buscaba preservar.

Es por eso que hoy, aun cuando los casos diarios ya más que duplican en el país al máximo de 2020 (42.032 hoy contra 16.300) y superan al récord de 41.000 registrado en mayo último, en un mundo que muestra récords de contagios por efecto de la propagación de las variantes Delta y Ómicron; el Gobierno no solo opta por mantener la máquina en marcha sino, inclusive, por reducir más los tiempos de aislamiento.

SE NECESITAN DÓLARES


Pero mantener el pie en el acelerador no es condición suficiente para que la economía de la administración Fernández supere el punto del equilibrio y pase del cero al uno. Con una brecha cambiaria que supera el 100% y el dólar blue en cotizaciones récord, la escasez de divisas muestra hoy a una Argentina sin combustible en el tanque para que el envión del 2021 deje el año próximo, una vez más, atrás las proyecciones de un crecimiento del 2,5% que arrojan las consultoras o del 4% que incluía el fallido proyecto de Presupuesto.

Este año, la Argentina recibió un envío extra del Fondo Monetario internacional que destinó a cubrir vencimientos con el organismo y la lluvia de dólares que generaron las exportaciones del campo, ingresos que difícilmente se repitan. Y el incremento de la presión tributaria que habilitó el Consenso Fiscal no contribuye a mejorar el panorama en materia de inversiones.
La posibilidad de que el país no se estanque dependerá así de las condiciones que se establezcan en el demorado entendimiento con el FMI. La Argentina necesita el acuerdo para posponer el pago de la deuda por la sencilla razón de que no tiene recursos para afrontarla. Pero más aún requiere reacomodar la macroeconomía, levantar restricciones y generar incentivos para la producción y la inversión. Sólo asi podrá sumar combustible al tanque para alcanzar la meta del crecimiento y cumplir con los compromisos asumidos.