La restricción para que los importadores accedan al dólar hizo caer la economía por tercer mes consecutivo

El plan “ganar tiempo” tiene costos que comienzan a aparecer. Los instrumentos que el BCRA tiene para contener los desequilibrio del mercado van perdiendo efecto

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Los tres meses consecutivos de caída de la actividad económica que midió el Indec muestran el costo del plan “ganar tiempo” y comprimir la venta de dólares a los importadores. Este retroceso prolongado es el primero desde abril de 2020 en plena pandemia. Sergio Massa está viendo que la economía responde a sus leyes y no al deseo de los que la manejan. Por eso, el plan de recompra de la deuda externa se transformó en lo que la mayoría de los inversores vio venir desde un principio: una forma más prolija de intervenir en el mercado para controlar los dólares alternativos.

El dólar libre, fuera del alcance de los distintos cepos, lo demuestra con sus precios. Ayer subió $5 a $381 y cada vez se distancia más del MEP y del contado con liquidación que siguen aprisionados por las intervenciones del Banco Central.

 
El dólar MEP avanzó $1,64 (+0,5%) a $353,81 y el contado con liquidación, hacia adonde apuntó la venta de bonos del Banco Central, retrocedió $3,16 (-0,9%) a $360,03.

Los negocios sumaron USD 190 millones, un volumen menor que otras ruedas, porque los inversores le tomaron el tiempo a la estrategia del Banco Central que trata de camuflarse durante la rueda con “montos ocultos” (operaciones de bajo volumen) para en el final mostrarse con grandes movimientos.

 La brecha entre el dólar oficial y las cotizaciones alternativas

“Fue una rueda de intervención temprana del Banco Central que intenta por todos los medios que no se escape el precio de los dólares financieros. Llegó a colocar órdenes de compra de bonos por USD 6,1 millones nominales, mientras los privados compraban todos los dólares que podían porque un año electoral alienta la salida de divisas. A pesar de que el Banco Central utiliza la suba de tasas y la reducción del ritmo devaluatorio para que los pesos no vayan al dólar, da la sensación de que no está logrando sus objetivos porque crecen los pasivos remunerados (bonos del Tesoro y Leliqs) que garantizan más inflación y más brecha hacia adelante”, señaló el trader Esteban Monte.

Fue así como el dólar mayorista subió 32 centavos a $184,70, manteniendo el ritmo de devaluación en 5,1% mensual. El Banco Central compró USD 2 millones y las reservas bajaron un monto similar a USD 42.655 millones.

“Dejan deslizar los dólares financieros para todos lados. Los dejan correr un poco hasta el cierre interviniendo con órdenes más fuertes para bajarlos. De esta manera, nos quedamos sin valores para los dólares implícitos porque hay varios precios de acuerdo con el bono que se utilice. Hace tres ruedas que están con esta estrategia de abatir al dólar al cierre para que parezca que está más barato”, señaló Salvador Vitelli, analista financiero y experto en agronegocios.

La preocupación grande es la de la suba de tasas para pases activos que puede provocar un traspaso de dinero de los plazos fijos a los fondos de “money market” donde el inversor retira el dinero cuando quiere sin quita de tasa.

Los bancos quedan en desventaja porque pagan 8% sobre los intereses por ingresos brutos y no pueden mejorar el rendimiento de los fondos. “Desde el lunes cambió el panorama. Los fondos de money market administran $3,7 billones y los plazos fijos entre sector público y privado suman más de $10 billones. Si el traspaso a money market se hace masivo habrá una mayor velocidad de circulación del dinero lo que, ante cualquier movimiento del dólar, puede provocar algún chispazo que haga subir más a la divisa. Es dinero completamente líquido, no tiene la inmovilización del plazo fijo. Así que entre tener el dinero inmovilizado a una tasa de 107% anual contra 98% del money market, no me quedan dudas que vamos a ver movimientos entre las dos opciones”, opinó Vitelli.

 Evolución del S&P Merval en dólares ("contado con liqui")

Con el programa de recompra del Banco Central los bonos tuvieron leves subas que hicieron que el riesgo país baje apenas 18 unidades (-1%) a 1.825 puntos básicos.

La Bolsa, sucumbió ante las tasas. Los negocios ya no llegan a los $8 mil millones como la semana pasada. Ayer se operaron $5.529 millones y el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subió tan solo 0,69% en pesos y 0,5% en dólares. Todos los bancos bajaron sus cotizaciones. La mayor caída la soportó Supervielle (-2,97%).

Los ADRs -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron $6.356 millones. El cierre fue mixto porque las alzas igualaron a las bajas. Lo mejor pasó por Transportadora Gas del Sur que aumentó 3,9%.

Hoy va a ser otra rueda intensa. El problema es que cada día el Gobierno tiene menos instrumentos para controlar los desequilibrios. Cuando intenta frenar al dólar, se encuentra con que baja el precio pero no frena la demanda, lo que implica subsidiar la salida de divisas a cuentas del exterior. Los bonos de la deuda que son objeto de la recompra ya no despiertan interés en el sector privado y sus alzas son cada vez más débiles.

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