Con junio abajo de 2%, la aceleración de la inflación dependerá de la absorción del BCRA

Analistas coincidieron que el dato de junio se mantendrá en niveles cercanos a las cifras de abril y mayo, pero advierten un salto importante para el segundo semestre en cuanto comience a normalizarse la actividad e impacte la expansión monetaria del segundo trimestre.

Política Aldana Reinoso 01 de julio de 2020
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La extensión de la cuarentena, el consiguiente parate de la actividad y un incipiente impacto de las trabas a los importadores para la compra de dólares mantendrán la inflación de junio en niveles similares a los de abril y mayo, aunque con la normalización de la economía y la expansión monetaria de estos meses el índice de precios podría sufrir una aceleración que lo situarán entre 45% y 50% para todo el año.

Economistas consultados por El Cronista coincidieron en que la inflación de junio no se alejará de las variaciones de abril y mayo, por el parate económico ante la ampliación del confinamiento y una baja incidencia de los segmentos afectados por las trabas a la compra de dólares en el mercado único y libre de cambios (MULC) para una buena parte de los importadores, pero para el segundo semestre esperan una aceleración.

Luciano Cohan, de Seido, consideró que la incidencia de las restricciones al MULC para ciertos importadores todavía no alcanzó para torcer el índice general de junio, que no estima muy diferentes a los de abril y mayo, ni siquiera en julio.

No obstante, respecto al segundo semestre, Cohan planteó que la dinámica de precios dependerá "de la capacidad del Banco Central (BCRA) de contener el precio del dólar oficial, que va a ser cada vez mas complejo a medida que avance el año", en un contexto de fuerte expansión monetaria que podría tener su efecto una vez que termine la cuarentena si no se logra esterilizar.

Eric Paniagua, de la consultora EPyCA, coincidió en que el incremento de los agregados monetarios presionará sobre los precios, por lo que una baja absorción por parte del Central cuando la economía se normalice podría provocar un salto importante en comparación con el primer semestre.

En tanto, desde el BCRA sostuvieron que la inflación esté en línea con los datos de abril y mayo debido a que los precios regulados siguen congelados, al igual que los combustibles. "Hay una acotada volatilidad cambiaria en el marco de la flotación administrada y la expansión de la liquidez se está administrando con los instrumentos de regulación monetaria", indicaron.

En lo que va del año, la asistencia monetaria al Tesoro por parte de la autoridad monetaria superó los $ 1,05 billones y en mayo representaron el 60% de los ingresos debido al derrumbe de la recaudación. Con la continuidad del confinamiento, se espera que la emisión mantenga el ritmo y pueda acumular $ 1,2 billones más. Si se monetizan vencimientos de deuda local y de Leliq, la emisión potencial superaría los $ 2 billones, estimó la economista Marina Dal Poggetto la semana pasada en ExpoEFI.

El Banco Central desde mayo esterilizó una buena parte del incremento de la base monetaria de los inicios de la cuarentena a través de un fuerte aumento del stock de pasivos remunerados, como Leliq y pases, que entre ambos totalizan entre ambos casi $ 2,5 billones, cuando el 13 de marzo acumulaban $ 1,59 billones, un incremento de 60% en 14 semanas.

La base monetaria, en tanto, es de $ 2,14 billones, mientras que el 13 de marzo representaba $ 1,85 billones. Además, Paniagua destacó que "una esperable mayor movilidad de gente, una recuperación del consumo y la actividad, y quizás un descongelamiento tarifario", ampliarán las probabilidades de una aceleración inflacionaria para el segundo semestre y podrían dejar el IPC anual entre 45% y 50%, lo que implica un fuerte salto respecto al 11,1% acumulado hasta mayo.

"Todos estos son aspectos que podrían repercutir en el alza de precios, enmarcados ademas en un contexto de bastante liquidez monetaria producto de la emisión de los últimos meses", remarcó.

Junio, abajo de 2% Respecto a junio, Paniagua sostuvo que el parate de la actividad económica y la consiguiente caída del ingreso y del consumo mantiene contenida a la inflación en el AMBA y otros centros urbanos, que podría mantener controlado al índice de precios en niveles similares a los de abril y mayo, entre 1,5% y 2%. "No es esperable un salto inflacionario general para el mes que pasó, pero sí quizá veamos algunos picos en rubros específicos: un caso podría ser prendas de vestir, volviendo a liderar, dado el cambio de estación", comentó.

Por su parte, Matías Rajnerman, de Ecolatina, señaló que el relevamiento que la consultora realiza en el Gran Buenos Aires apunta a un incremento mensualizado de 1,6% para la primera quincena de junio, al mismo nivel que los datos de abril y mayo, mientras que estima una leve aceleración para la segunda mitad del mes.

En ese sentido, Ecolatina destaca una desaceleración en alimentos y bebidas, por debajo al 1%, debido a dos factores. Por un lado, Rajnerman remarcó que el rubro había subido bastante más que el índice general, por lo que ahora "se están reacomodando los precios". En lo que va del año, a pesar del 0,7% de mayo, el rubro de alimentos y bebidas lleva un incremento de 16% y encabeza las subas, después del 17,7% de indumentaria y calzado. En tanto, el nivel general acumula un 11,1%.

Señaló que no hay restricciones al acceso al MULC para la importación para las empresas del sector, por lo que las compras se siguen haciendo al tipo de cambio oficial.

No obstante, desde Ecolatina sí observan un efecto, aunque incipiente aún, entre los sectores relacionados con el esparcimiento y considerados "no esenciales", como juguetes, muebles y productos electrónicos, que en todos los casos presentan incrementos mensualizados por encima del 3% debido a las restricciones para acceder al MULC que lleva a las empresas a reponer al tipo de cambio paralelo, 40% más alto que el oficial.

"Es un esquema muy incipiente pero ya se empieza a ver una lógica de tipo de cambio desdoblado, donde algunos bienes esenciales se cotizan al dólar oficial, y otros más de lujo se valúan al dólar paralelo. De todas maneras, nosotros medimos en el GBA, no medimos en el resto del país, y entendemos que puede haber un desacople entre regiones por las distintas cuarentenas", señaló Rajnerman.

Cohan coincide con el pronóstico y apuntó que las trabas a la compra de dólares por parte de importadores ya se comenzaron a sentir en el importe de varios precios de bienes dolarizados, "pero no tuvieron demasiada incidencia en el indice total por el momento".