El dólar como inversión sólo le gana al peso

Educación Financiera Mariano Garcia 21 de enero de 2021
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En Argentina llevamos décadas hablando de cómo cubrirnos de la devaluación del peso frente al dólar. Sin embargo, en el mundo la discusión avanzó varios casilleros y se habla de cómo cubrirse de la devaluación constante del dólar.

Sucede que la emisión monetaria en Estados Unidos alcanzó niveles nunca vistos y más del 20% de los dólares que están circulando a nivel global fueron fabricados durante este año. El dato es escalofriante y deja en evidencia la estrategia de la FED (el Banco Central estadounidense) de inundar de verdes su economía para para hacer frente a los efectos generados por la pandemia del Covid.

 
Sabemos que siempre que haya una emisión monetaria mayor a la que la economía pueda absorber, habrá inflación, lo que lleva de forma continua a una devaluación de la moneda. La emisión en niveles tan altos genera temores y pronósticos agoreros. Ante esta situación, lo más conveniente es plantearse las preguntas necesarias y buscar respuestas. ¿Se acelerará la inflación en EEUU? ¿Cómo puede un inversor cubrirse de la depreciación del dólar que ya se observa en los mercados?

Analicemos la situación en Estados Unidos:

La FED (el Banco Central de USA) tuvo un rol fundamental en la estrategia de Estados Unidos para paliar los efectos negativos desarrollados por la pandemia. Los estímulos puestos en marcha por el gobierno del expresidente Donald Trump incluyó el envío de cheques a los trabajadores o personas afectadas por la cuarentena y créditos a empresas que no pudieron solventar sus gastos de manera habitual.

A pesar de haber emitido dólares a mansalva, la economía estadounidense terminó gravemente afectada. Una economía que venía rompiendo todos los récords antes registrados, ya sea de baja tasa de desempleo, mercados financieros en máximo, baja tasa de pobreza, mayor ocupación de latinos y afroamericanos, etc, cayó estrepitosamente en depresión.


Solo entre enero y noviembre de este año la oferta monetaria de Estados Unidos trepó casi 24%. Según datos de la FED, el volumen de dólares pasó de u$s15,33 billones a fines de 2019 a u$s19,1 billones a finales de noviembre 2020.

Obviamente que esto no será gratis. Emitir dinero a mansalva repercute en cualquier país en que su mercado no pueda absorber dicha masa monetaria, sin importar quien gobierne. El primer efecto que podemos encontrar por esta política desarrollada es un aumento paulatino y constante de la inflación. Las encuestas más negativas hablan de que la inflación en los Estados Unidos podría superar el 5%, algo altísimo para un país acostumbrado a una inflación promedio del 2.5%.

Para que nos demos una idea, la inflación en USA cerró el 2019 en 2,3%, si prestamos atención a las encuestas más negativas, eso implicaría un aumento del 100% de la inflación solo en un año. Para un país desarrollado, pujante, en constante crecimiento y de la talla de Estados Unidos, eso es un crecimiento inflacionario altamente negativo.

El segundo estímulo monetario que se desarrollará bajo la administración de Joe Biden, es aún más grande que el primero, llegando a los U$S1.9 billones. De concretarse esto supondría la mitad de los u$s 3,4 billones que los demócratas propusieron en el proyecto de ley HEROES, aprobado por la Cámara de Representantes el verano pasado.

El plan de estímulo financiero de Biden abarca más que lo monetario. También incluye:

- Aumentar el salario mínimo a u$s 15 por hora.

- Extender la moratoria federal de desalojo hasta el 30 de septiembre.

- Proporcionar  u$s 25.000 millones en asistencia de alquiler.

- Aumentar la segunda ronda de cheques de estímulo de  u$s 600 a  u$s 2.000.

- Expansión de los beneficios federales de desempleo a  u$s 400 por semana hasta septiembre + expansión del crédito tributario por hijos.

- Ayuda estatal por  u$s  350.000 millones.

También reservará u$s 400.000 millones para la distribución de vacunas y pruebas de coronavirus, incluidos  u$s 20.000 millones para un programa nacional de vacunación, u$s 50.000 millones para pruebas ampliadas y una inversión para financiar a 100.000 trabajadores de salud pública.

Si se preguntan si esto repercutirá en una potencial devaluación del dólar contra otras divisas fuertes, la respuesta es sí. Es más, varios analistas expertos en la materia ya pronostican que esta situación ofrecerá un inesperado respiro a las economías de América Latina, devastadas por los efectos de la pandemia de Covid-19.

¿Qué podría ser lo peor que pase?

Primero analicemos el contexto: Christine Lagarde, actual presidenta del Banco Central Europeo, asegura que la entidad que dirige está preparada para aumentar las medidas económicas contra el coronavirus. La filosofía de Lagarde va en la misma dirección que la FED, mantener la tasa de interés lo más cercana posible al 0% para estimular la reactivación económica. Así, el BCE ha mantenido la tasa de depósito en el -0,5% y los tipos de interés en el 0%. Su tipo de interés está en un mínimo histórico. Pero la debilidad de la inflación significa que la tasa real, que se ajusta según los cambios en los precios, está en términos reales aumentando. Esto puede impulsar el euro, lo último que necesita Lagarde.

Lo mismo sucede con Estados Unidos, mantener la tasa de interés cercana al 0% facilita la emisión del dinero, ya que su precio no va atado a un tipo de interés que le añada un sobre precio por el costo de oportunidad del "préstamo". Ahora, el problema que enfrenta USA es la disyuntiva de decidir entre tener una inflación alta y baja tasa de interés o la fórmula contraria. En caso de darse que la inflación baje por un aumento del interés, ahí entra el problema de Argentina.

Básicamente, si Estados Unidos aumenta su tasa de interés, quiere decir que los dólares que tome Argentina mediante préstamos, serán cada vez más caros de devolver. Lo que podría llevar en algún momento a que el país deba ajustar sus cuentas para pagar sus deudas.

Si a una potencial suba de la tasa de interés, le sumamos las proyecciones negativas de sequía para nueva campaña de soja, el 2021 y los años que siguen se pueden complicar para la gestión del actual gobierno. Hay muchas cosas por mejorar en cuanto a gobernabilidad, pero el tema económico es urgente.

Entonces, capaz este sea el primer puntapié para que los argentinos dejemos de pensar en los dólares como un medio de protección contra la devaluación y la inflación, y empecemos a ver otros instrumentos. Cabría hacerse la pregunta de ¿Cómo cuidarse de la devaluación? Hay varios instrumentos financieros brindados por el mercado de capitales, específicamente tenemos las acciones y sus CEDEARs, los cuales además eliminan el riesgo argentino.

¿Cómo puede un inversor cubrirse de la devaluación del dólar?

Cuando hablamos de inflación en dólares, nos referimos a que la divisa norteamericana pierde valor frente al resto de los activos de la economía. Ante esta situación, un inversor puede buscar dos tipos de coberturas: generales y específicas.

También, obviamente y como fue costumbre en el 2020, tenemos opciones más conservadores, como es la inversión en oro ¿Quién hubiese creído que serían uno de los grandes ganadores de la crisis del Covid?

Otra opción muy recomendada por varios especialistas en la materia, son los bonos del Tesoro de EEUU protegidos de la inflación: los Treasury Inflation-Protected Securities constituyen un refugio conservador y pueden ser adquiridos a través del ETF TIP.

Obviamente, no hablar del bitcoin sería caer en la negación de lo que ya es una realidad. Si bien es un activo que presenta grandes volatilidades, para muchas personas representó gran porcentaje de su cartera de inversión para cubrirse de las fuertes caídas del mercado durante el 2020 y encima reportarle grandes ganancias, que superan el 400% de suba en un año. Pero, como siempre digo, es importante destacar que quienes decidan invertir en este activo, deben hacerlo conociendo sus contras: Es normal ver que el BTC tenga una caída de u$s 5.000 de un día para el otro, a corto plazo, su precio es altamente volátil y hasta manipulable por los grandes tenedores de BTC (las famosas ballenas).

Somos un país particular donde vamos en contra de lo que está pasando en el mundo, por eso es difícil pensar estos escenarios donde tener dólares no es negocio. Sabemos que el peso ya no cumple las cuestiones básicas que le corresponden a una moneda, pero tampoco podemos seguir simplificando nuestras finanzas creyendo que el dólar es una inversión.

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