El índice más importante de la economía más fuerte del mundo tenía la posibilidad de demostrar, en estos días cruciales,  una sensación de respiro con respecto al impacto de la pandemia de público conocimiento. 

Desde una contundente recuperación que se da a partir del 23 de marzo, el agotamiento alcista se manifiesta de manera brusca. De haber resuelto la situación bajista que comienza el 20 de febrero, hubiera despertado el interés comprador para reconfigurar carteras y apuntar a nuevos objetivos de corto plazo, más precisamente los 2.800 puntos. No fue así. Con un tenue intento a la resistencia bajista, responde con un fuerte rechazo en el día de ayer. Hoy consolidó ese rechazo con ese hueco de fuga y la ubicó en una zona de tráfico, pero que tienen fácil resolución: a la suba o la baja, sin margen a momentos de acumulación o distribución.

Los precios siguen demostrando volatilidad, incertidumbre y cautela. Así lo sufrieron el IBEX, DAX y el selectivo inglés de -3.04; -3.94 y -3.83 respectivamente. Alemania, quizás mejor preparada, pero España la trae complicada con sus números de COVID-19. Donald Trump no da el brazo a torcer para la toma de decisiones más drásticas que puedan sobrellevar  el manejo del virus, mas, sabe de las condiciones nefastas para su economía.

Veremos que nos depara el futuro cercano en materia de mercados. Cierre de trimestres, cierre de economías, deudas corporativas con garantías en picada. Por ahora nada halagüeño.