El primer debate de los candidatos a la presidencia dejó conformes a los distintos participantes,  al término del encuentro. En los equipos de comunicación hubo satisfacción porque evaluaron que en las presentaciones “no se cometieron errores” que hubieran podido descalificar a alguno de los contendientes. Si bien todos coincidieron en que las distintas fuerzas pudieron plantear sus propuestas, el ánimo imperante fue que “no hubo un claro ganador”.
Uno de los temas que llamó la atención fue el orden con que se desarrolló el debate, no hubo interrupciones y los expositores respetaron estrictamente los tiempos asignados.

Debate presidencial 2023: la mesura, protagonista de la noche
Los candidatos mostraron un tono mesurado. Particularmente, Javier Milei, que lideró las PASO a partir de un discurso agresivo, mantuvo sus propuestas más radicales, como cerrar el Banco Central (BCRA), pero sin la vehemencia de anteriores intervenciones. Algunos consideraron que tanta moderación lo desdibujo, aunque a través de sus gestos se reconocía su carácter zumbón.
En los equipos de campaña coincidieron en que la mejor parte fue la primera, cuando se abordaron los temas económicos y el derecho a réplica le dio un dinamismo que no se repitió, curiosamente, cuando llego el turno de las preguntas y respuestas.
En la segunda parte, hubo coincidencia en que las exposiciones perdieron algo de brillo “estuvo más aburrido” reconocieron varios de los colaboradores de los candidatos.

La que se presentó más desenvuelta fue Myriam Bregman. Las pocas sonrisas que se observaron en el auditorio las despertó la representante de la izquierda que, más allá del contenido de sus propuestas, le puso “chispa” al debate y lanzó frases desafiantes como cuando sostuvo que el dirigente libertario, Javier Milei, no era un león sino un “gatito” que defiende los intereses de las empresas.

En cambio, Patricia Bullrich dio la impresión de estar nerviosa. Sin embargo, sus colaboradores ponderaron que en todo momento se mostró firme, particularmente cuando hizo una defensa de la gendarmería en el “caso Maldonado”.

Como era de esperar, la mayor parte de las críticas se dirigieron a Sergio Massa, un blanco fácil en virtud de las dificultades que enfrenta la economía. De todas formas, en su entorno se evaluó que los ataques fueron de menor intensidad de los que esperaban tras escándalos como el que desataron los videos del ex jefe de gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, paseando con una modelo en un lujoso yate por el Mediterráneo. Si bien en el debate no lo dijo, cuando se retiraba del Fórum anticipó que pedirá que Insaurralde también renuncia a su candidatura.

Algunos rescataron que “fue el que más propuestas presentó” y reiteró su intención de llevar adelante un gobierno de unidad.

Juan Schiaretti, tuvo una presentación muy correcta, pero que dejó la sensación de estar dirigida principalmente a los cordobeses o al interior del país, pero no al conjunto de los argentinos, según señalan los más críticos.

Las coincidencias fueron pocas. La única y la más importante fue la necesidad de equilibrio fiscal, al que adhirieron todos los candidatos algo impensado tiempo atrás (salvo Bregman que no se pronunció sobre el tema). La inflación fue mencionada en numerosas oportunidades e incluso reproches tanto de Milei como de Bullrich a Massa respecto a que estamos al borde de la hiperinflación.

De cara al próximo debate, uno de los aspectos a mejorar, según se comentó en los equipos de campaña, es la necesidad de dar mayor fuerza y precisión a las propuestas para la gente. “Hubo mucho diagnóstico y mucho reproche, pero no quedó muy en claro qué van a hacer para salir de la crisis”, comentó uno de los analistas. Y concluyó señalando que “faltó una bajada a las cosas cotidianas, a la preocupación de todos los días de la gente”.

Al término del debate, en el Fórum la percepción fue que no hubo un claro ganador. Sin embargo, en las encuestas de los medios la preferencia se la llevo Milei quien, con su equipo, festejaron durante la cena cantando “que se vayan todos”, un triste recuerdo del 2001.